Ninguna Razón Suficiente
Debido a que no había evidencia para respaldar la afirmación de que era una verdad bien fundada, Sebastian no tuvo más remedio que continuar con su existencia cotidiana.
Mientras la chica lo saludara, estaba seguro de que todo estaría bien. Continuaría completando el camino con los recién llegados y, sin falta, vería a la chica que lo saludaba desde la ventana.
Pero luego fue sorprendido por un evento que no había anticipado que sucediera.